La Libertad, 27 de enero de 1921
(1)
Una minoría necesaria
Juan de Aragón escribe en “La
Correspondencia de España”.
¡Qué lástima que no haya una
docena de diputados decididos a impedir que se perdiese el tiempo en discutir
cosas que no le importan al país, que le enojan, que le abruman, que lo
producen enorme repugnancia! Si tal sucediese, se constituiría el Congreso en
unas cuantas sesiones y dentro de muy pocos días podría empezar a discutir
asuntos de interés para el país; pero a discutirlos serenamente, con argumentos
y no con apasionamientos, con lógica y no con insultos, mirando al interés de
la patria y no a la conveniencia de tal o cual grupo o personajillo.
Al Congreso se debe ir a legislar;
a discutir los proyectos de Ley; a darle al país las reformas que necesita en
todos los órdenes para progresar, pero no a otra cosa. Santo y bueno que se
combata a los Gobiernos a sangre y fuego discutiendo los asuntos que propongan
a la resolución del Congreso; pero de eso a perder el tiempo, molestando a los
restantes diputados con votaciones innecesarias, con debates
antirreglamentarios, con discusiones inspiradas en la pasión y en el odio, hay
enorme distancia.
En el Congreso hay muchas
minorías; pero hace falta una más; la minoría de los juramentados a no dejar
hablar a quienes pidan la palabra para hacer perder el tiempo al Congreso y la
paciencia al país, sean de la derecha, de la izquierda o del centro, y cuando
ostenten las más altas categorías políticas.
Serán pocos los que duden que esa
es la voz del sentido común de lo que piensa el verdadero país.
(1) https://biblioteca.galiciana.gal/gl/inicio/inicio.do
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