La Correspondencia de España, 9 de
septiembre de 1920 (1)
COMENTANDO
Con los millones malgastados podía
haber quedado resuelto para siempre el problema del trigo
Si los datos que tengo no son
inexactos van gastados en lo que va de año unos cien millones de pesetas en
pagar a los harineros del litoral, de Cataluña, sobre todo, las diferencias
entre el precio del trigo y el pagado por ellos. Decía ayer que el
aprovisionamiento de Barcelona costaba unos 4.000.000 de pesetas mensuales, y
me quedé corto, pues según versión autorizada ha llegado algunos meses a los
7.000.000 de pesetas. Es imposible saberlo exactamente, pues aun cuando el
ministro Hacienda ha pedido repetidas veces la cuenta al de Fomento, no ha
logrado conocerla. Lo único cierto es que hasta la fecha se aproxima a ¡¡¡ cien
millones!!!! La cantidad invertida en
saldar las diferencias, y que entre Madrid y Barcelona se gastan ahora unos
siete millones de pesetas mensuales, más bien más que menos.
Desde el año 1915 vengo pidiendo
sin interrupción en estas columnas que se fomente la producción del trigo y de
los demás cereales mediante la roturación de los terrenos susceptibles de ser
cultivados. En el Congreso presentó Leopoldo Romeo una Proposición de Ley sobre
roturaciones, otra sobre latifundios y otra para adquirir trenes de roturación,
que serían cedidos a las Diputaciones Provinciales para que a su vez los
alquilasen a los roturadores; pero todo eso, que estaba inspirado en el más
elevado patriotismo y en el más sencillo sentido de la realidad, no imágenes
tomado en consideración, acaso porque con ello sería innecesario el régimen que
imperaba, y por lo tanto, imposible todo negocio inconfesable.
Si el Estado hubiese gastado en
organizar los cultivos aumentando la superficie cultivada mediante reparto de
tierras, distribución racional de abonos, fomento de transportes y
multiplicación de maquinaria agrícola, los millones que han malgastado en adquirir
trigo y harina para mantener la ficción de tener el pan barato en las grandes
ciudades, tendría España no sólo cubierto su déficit, sino un respetable
sobrante que le hubiese permitido ser exportadora.
Hay en España cientos de miles de
hectáreas en las cuales es imposible toda repoblación forestal y de poco
producto el pastoreo; existen también extensiones enormes de terrenos dedicadas
al recrío de reses bravas, industria que sólo sirve para embrutecer a los
españoles, y hay además grandes fincas cultivadas por procedimientos
primitivos. Todo eso, hoy improductivo, pudo haber sido convertido en terrenos
cultivados, bastando para ello con haber puesto al frente de los asuntos de
Fomento a alguien que conociese la vida agrícola y tuviese cabeza para
condicionarla a la realidad del momento actual. Nada de eso se hizo, y por el
contrario se instauró un régimen absurdo de tasas que en vez de abaratar la
producción aumentándola, la restringió por temor a las intromisiones del Fisco,
siempre extemporáneas e inconscientes.
El Sr. Espada es ministro desde
hace días, y claro es que para nada le aludo, pues estoy hablando del pasado.
Cuando sepa España cuánto ha
costado el mantenimiento de esa ficción absurda, que sólo ha servido para
enriquecerse unos cuantos fabricantes, se asustará. Y cuando sepa los promedios
que han correspondido a cada región, no podrá comprender cómo los ministros no
se dieron cuenta de que era imposible que los productos elaborados fuesen
consumidos en España. Cataluña ha recibido más trigo que todo el resto del
litoral, aun cuando tenía a sus puertas el mercado aragonés, que acaso sea el
más rico en trigos de calidad superior. Frontera a Huesca y a Zaragoza,
favorecida por tarifas de favor y dueña a su vez del mercado de Lérida,
provincia también triguera, fue insaciable, y el trigo fue a Barcelona en
torrente desbordado, como si sus fábricas gozasen de privilegiado monopolio.
Si en vez de haber dedicado los
cientos de millones del Tesoro a amparar esas industrias se hubiese fomentado
sistemáticamente la agricultura nacional y aun la africana de la zona
atlántica, otra muy distinta seria la realidad de la vida española. La producción
habría aumentado en términos asombrosos y España se habría redimido de su
tributo anual al Extranjero. Eso ya no tiene remedio; pero ya que eso no haya
podido ser. Sepamos al menos cuanto se ha gastado y como, para que cada cual
pueda darse cuenta exacta de la realidad y conocer cómo han sido administrados
los caudales de los contribuyentes.
JUAN DE ARAGON
El norte de Galicia, 10 de
septiembre 1920 (2)
El problema del trigo. – Un
artículo notable de Leopoldo Romeo
La Correspondencia de España
publico en su numero de hoy un notable articulo de su director D. Leopoldo
Romeo.
Estudia este con gran conocimiento
de causa y con gran acoplo de razonamientos, el problema del trigo en España.
Dice que, con cien millones de
pesetas, malgastadas en tantas cosas inútiles, seria resuelto de una vez y para
siempre el problema del trigo que tanto preocupa a los Gobiernos y tanta alarma
a la opinión
(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do
(2) https://biblioteca.galiciana.gal/gl/inicio/inicio.do
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