lunes, 3 de febrero de 2025

A110 LA MALA GESTION DEL TRIGO

 

 

La Correspondencia de España, 9 de septiembre de 1920 (1)

COMENTANDO

Con los millones malgastados podía haber quedado resuelto para siempre el problema del trigo

Si los datos que tengo no son inexactos van gastados en lo que va de año unos cien millones de pesetas en pagar a los harineros del litoral, de Cataluña, sobre todo, las diferencias entre el precio del trigo y el pagado por ellos. Decía ayer que el aprovisionamiento de Barcelona costaba unos 4.000.000 de pesetas mensuales, y me quedé corto, pues según versión autorizada ha llegado algunos meses a los 7.000.000 de pesetas. Es imposible saberlo exactamente, pues aun cuando el ministro Hacienda ha pedido repetidas veces la cuenta al de Fomento, no ha logrado conocerla. Lo único cierto es que hasta la fecha se aproxima a ¡¡¡ cien millones!!!!  La cantidad invertida en saldar las diferencias, y que entre Madrid y Barcelona se gastan ahora unos siete millones de pesetas mensuales, más bien más que menos.

Desde el año 1915 vengo pidiendo sin interrupción en estas columnas que se fomente la producción del trigo y de los demás cereales mediante la roturación de los terrenos susceptibles de ser cultivados. En el Congreso presentó Leopoldo Romeo una Proposición de Ley sobre roturaciones, otra sobre latifundios y otra para adquirir trenes de roturación, que serían cedidos a las Diputaciones Provinciales para que a su vez los alquilasen a los roturadores; pero todo eso, que estaba inspirado en el más elevado patriotismo y en el más sencillo sentido de la realidad, no imágenes tomado en consideración, acaso porque con ello sería innecesario el régimen que imperaba, y por lo tanto, imposible todo negocio inconfesable.

Si el Estado hubiese gastado en organizar los cultivos aumentando la superficie cultivada mediante reparto de tierras, distribución racional de abonos, fomento de transportes y multiplicación de maquinaria agrícola, los millones que han malgastado en adquirir trigo y harina para mantener la ficción de tener el pan barato en las grandes ciudades, tendría España no sólo cubierto su déficit, sino un respetable sobrante que le hubiese permitido ser exportadora.



Hay en España cientos de miles de hectáreas en las cuales es imposible toda repoblación forestal y de poco producto el pastoreo; existen también extensiones enormes de terrenos dedicadas al recrío de reses bravas, industria que sólo sirve para embrutecer a los españoles, y hay además grandes fincas cultivadas por procedimientos primitivos. Todo eso, hoy improductivo, pudo haber sido convertido en terrenos cultivados, bastando para ello con haber puesto al frente de los asuntos de Fomento a alguien que conociese la vida agrícola y tuviese cabeza para condicionarla a la realidad del momento actual. Nada de eso se hizo, y por el contrario se instauró un régimen absurdo de tasas que en vez de abaratar la producción aumentándola, la restringió por temor a las intromisiones del Fisco, siempre extemporáneas e inconscientes.

El Sr. Espada es ministro desde hace días, y claro es que para nada le aludo, pues estoy hablando del pasado.

Cuando sepa España cuánto ha costado el mantenimiento de esa ficción absurda, que sólo ha servido para enriquecerse unos cuantos fabricantes, se asustará. Y cuando sepa los promedios que han correspondido a cada región, no podrá comprender cómo los ministros no se dieron cuenta de que era imposible que los productos elaborados fuesen consumidos en España. Cataluña ha recibido más trigo que todo el resto del litoral, aun cuando tenía a sus puertas el mercado aragonés, que acaso sea el más rico en trigos de calidad superior. Frontera a Huesca y a Zaragoza, favorecida por tarifas de favor y dueña a su vez del mercado de Lérida, provincia también triguera, fue insaciable, y el trigo fue a Barcelona en torrente desbordado, como si sus fábricas gozasen de privilegiado monopolio.

Si en vez de haber dedicado los cientos de millones del Tesoro a amparar esas industrias se hubiese fomentado sistemáticamente la agricultura nacional y aun la africana de la zona atlántica, otra muy distinta seria la realidad de la vida española. La producción habría aumentado en términos asombrosos y España se habría redimido de su tributo anual al Extranjero. Eso ya no tiene remedio; pero ya que eso no haya podido ser. Sepamos al menos cuanto se ha gastado y como, para que cada cual pueda darse cuenta exacta de la realidad y conocer cómo han sido administrados los caudales de los contribuyentes.

JUAN DE ARAGON

El norte de Galicia, 10 de septiembre 1920 (2)

El problema del trigo. – Un artículo notable de Leopoldo Romeo

La Correspondencia de España publico en su numero de hoy un notable articulo de su director D. Leopoldo Romeo.

Estudia este con gran conocimiento de causa y con gran acoplo de razonamientos, el problema del trigo en España.

Dice que, con cien millones de pesetas, malgastadas en tantas cosas inútiles, seria resuelto de una vez y para siempre el problema del trigo que tanto preocupa a los Gobiernos y tanta alarma a la opinión

(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do

(2) https://biblioteca.galiciana.gal/gl/inicio/inicio.do


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