lunes, 3 de febrero de 2025

A106 CUANDO NO SE QUIERE TODO ES IMPOSIBLE (SOBRE LA MENDICIDAD)

  



La Correspondencia de España, 4 de agosto de 1920 (1)

COMENTANDO

EL ESPECTÁCULO QUE OFRECE MADRID ES SENCILLAMENTE INTOLERABLE


Todas las personas con quienes hablo me dicen lo mismo doliéndose amargamente del espectáculo que ofrece Madrid. A las diez y media de la noche de ayer había durmiendo en las puertas de las tiendas de La Equitativa cincuenta y siete mendigos y golfos. En el Banco Hispano  Americano, en el Credit Lyonnais, en el Ministerio de Hacienda y en los abrigos del Congreso de los Diputados conté hasta ochenta y cinco. No quise seguir la dolorosa visita, pues con lo reseñado ya basta y sobra para darse cuenta del estado a que ha llegado Madrid.

*

Es notorio que la Asociación Matritense de Caridad recauda cantidades enormes del juego y notorio también que la Junta de Protección a la Infancia recauda también cantidades de importancia con el impuesto sobre las localidades de los espectáculos públicos. Con ese dinero debería haber no sólo bastante sino sobrado para impedir que en las calles de Madrid hubiese un solo pobre, y será preciso reconocer que aun cuando este muy honorablemente administrado y distribuido, no sirve para nada práctico, pues el sistema empleado es malo, como lo prueba el número de mendigos y de vagos cada día mayor. El Sr. García Molinas entrega todos los meses cantidades de importancia al Alcalde y al Gobernador de Madrid y con ellas podía haber suficiente para que en Madrid no quedase ni un solo pobre. Bastaría para ello con recabar el auxilio eficaz de la Dirección General de Seguridad y con enviar a sus respectivas provincias a los mendigos forasteros, ordenando a la Guardia Civil y a los alcaldes de los pueblos limítrofes a otras provincias que impidiesen el regreso.

Los pobres desaparecen como por encanto en cuanto son perseguidos sin contemplaciones de ningún género y buena prueba de ello es lo sucedido hace año y medio siendo Gobernador Leopoldo Romeo, época en la cual era muy raro encontrar un pobre en las calles y no se veia ni uno solo durmiendo al aire libre. La recogida fue sistemática, y el pobre que se aventuraba a pedir limosna sabía que sería detenido en el acto y conducido al Campamento de Yeserías para desde allí ser enviado a su pueblo. El Director General de Seguridad recibió entonces órdenes terminantes de secundar la campaña emprendida por el señor Romeo y justo es declarar que tanto el Cuerpo de Seguridad cuanto la Guardia Civil procedieron con celo y diligencia, actuando en la ciudad y en las carreteras y estaciones con plausible energía.

*

Leopoldo Romeo vistió a centenares de mendigos; envió a provincias numerosas expediciones pagando los billetes de tren; empleó día y noche dos grandes coches para la recogida de golfos y de mendigos; dio a diario de comer a doscientos vergonzantes un caldo, un par de huevos, un pedazo de carne asada, un vaso de vino y fruta; sirvió a diario unas 500 raciones en los comedores de ciegos, de madres lactantes, de ancianos y de obreros sin trabajo. La labor emprendida llevaba camino de consolidarse, pues sus amigos enviaban al Gobierno carbón, pan, garbanzos, lentejas, judías y arroz en abundancia para sostener benéfica obra. Todo aquello, paternalmente instalado sin olvidar un solo detalle, aun cuando con todos los defectos de las obras humanas en su nacimiento, merecía haber sido sostenido y mejorado; pero tan pronto como su sucesor se posesionó del cargo, cesó la recogida y fueron desapareciendo poco a poco los servicios. Las calles de Madrid volvieron a llenarse de mendigos y quieres enviaban al Gobierno Civil donativos en especie cesaron en sus envíos.

Quienes digan que la mendicidad y la vagancia no pueden ser desterradas, no merecen ejercer cargo público que lleve aparejada autoridad, pues la realidad demostró que es posible, bastando para conseguirlo con querer. Cuando no se quiere, todo es imposible.

*

Dejando aparte el aspecto de policía urbana y de saneamiento social, tiene esta cuestión un aspecto sanitario muy importante. Todos esos mendigos y golfos son portadores de millares de parásitos y esos parásitos son a su vez propagadores de muchas dolencias. Quienes duermen en las puertas de las tiendas y en las aceras van dejando esos animales en los sitios donde duermen para que los recojan las personas que luego por allí transitan. Por defender la salud pública, ya que no por otra cosa, debían las autoridades proceder con saludable energía, y si no saben, o no pueden, o no quieren, deberían dimitir. Acaso quienes le sucediesen fuesen capaces de hacer lo que ellas no quieren, no pueden o no saben realizar.

El espectáculo no puede ser más vergonzoso, de día y de noche. Tan vergonzoso es, que anoche mismo en la Granja del Henar contó un amigo mío, uno tras otro, treinta y cuatro pobres que le pidieron limosna. Ciegos, cojos, mancos, tullidos, cancerosos, sarnosos y hasta algún leproso circulaban por entre las mesas soltando su miseria y algunos sus insultos. Uno de ellos exhibía un brazo y una pierna desnuda, monstruosamente deformes y ulcerados. Los guardias municipales y los de Seguridad presenciaban impávidos el acoso y mientras tanto, un racimo de niños dormía en el portal de la Dirección de Hidrografía.

Si el dinero del juego no sirve para librar a Madrid de esa plaga, ¿para qué demonios sirve?

 Madrid tiene derecho a que esa plaga desaparezca, y si para lograrlo es preciso prescindir de esas autoridades que prescindan de ellas. ¡Hoy, mejor que mañana! 

JUAN DE ARAGON

(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMPROMETER LA PAZ DEL ESTADO POR GIBRALTAR

  Una instrucción   por el Juzgado de Instrucción del Distrito de Palacio de Madrid contra Leopoldo Romeo Sanz, natural de Zaragoza, direct...