lunes, 3 de febrero de 2025

A099 LA SUBIDA DEL GAS

 

 

La elevación del precio del gas ha coincidido -¡feliz casualidad! -con la venta de la Fabrica. ¡Hay que resolver saneadita!

La Correspondencia de España, 5 de abril de 1920 (1)

COMENTANDO


Por extraña casualidad y con escasa diferencia de días ha coincidido la elevación del precio del gas con la noticia de la Fabrica había sido vendida a una Sociedad eléctrica. Y también por extraña casualidad la Real Orden autorizando la elevación de las tarifas ordena que cuanto antes cese la incautación municipal. Es decir que por un lado se sanea el negocio elevando a 45 céntimos el precio del metro cúbico, y por otro se ordena que en cuanto sea posible, cese de administrar el Ayuntamiento.

En lenguaje vulgar quiere esto decir que la Fábrica del Gas va a ser entregada en condiciones tales que un negocio ruinosísimo se ha convertido en otro magnífico, soberbio. ¡Vender gas a 22 céntimos no es lo mismo que venderlos a 45!

Mientras el negocio fue una ruina, para el Ayuntamiento. Cuando và a ser de una Empresa, a sanearlo.

¡¡ Que sea enhorabuena!!



***

Firmará hoy este artículo Leopoldo Romeo en vez de Juan de Aragón, para poder decir con absoluta responsabilidad y sin el amparo de un seudónimo unas cuantas verdades.

Siendo Gobernador de Madrid decreté la devolución de la Fábrica del Gas y lo hice por ser un negocio ruinoso para el vecindario madrileño. Pero como no convenía devolver asi la Fábrica se alzó el Ayuntamiento de mi providencia, en vez de allanarse, y creyó más patriótico seguir perdiendo millones cada año. Todo menos devolver la Fabrica sin sanearla. Al mismo tiempo decretó la Alcaldía por Bando un aumento abusivo de precio y todos saben cómo tramité el asunto. Dejé sin efecto el acuerdo del alcalde. Nombré una Comisión de técnicos científicos, industriales y mercantiles, y de consumidores para que estudiasen con todo detenimiento el asunto y tuve el placer de resolver el pleito en bien de Madrid, ya que el Ministro de Abastecimientos decreto de acuerdo con nuestra propuesta. Aquella Comisión de que formaban parte los Sres., Sacristán, Luca de Tena, Ortega, Moya, Toral, Navascués, Díaz Gutiérrez. Ucelay y Aleixandre, ingenieros y contables meritísimos, realizó una labor muy concienzuda y su informe fue tan completo que puede ser considerado como una obra de indiscutible valor científico.

Ahora, ha sido otra cosa, no se ha procedido así, y de un golpe, sin publicidad. Sin enterarse nadie, a cencerros tapados se ha consumado el atropello y Madrid tuvo noticia de que el gas iba a ser elevado de precio cuando apareció en la «Gaceta» de Real Orden.

¡¡ Que sea enhorabuena!!

***

Los señores Moya y Sacristán harían un gran bien tratando del asunto en «El Liberal» y en «Heraldo de Madrid», y el señor Luca de Tena, estudiándolo, en «A B C». Fueron miembros dignísimos de aquella Comisión, conocen el asunto como nadie, y podrán, si quieren, ilustrar a la opinión pública. Y de paso, podrían también decir si fue servido el interés del vecindario, con celo y diligencia, por aquel hombre a quien ahora le niegan hasta el saludo, sin otro pecado que estudiar el anticipo reintegrable del mismo modo que estudió el asunto del gas.

El Sr. Moya es reputadísimo ingeniero de minas; el Sr. Sacristán es uno de los mas inteligentes contables de España, y el Sr. Luca de Tena goza de reputación envidiable entre los ingenieros industriales. Su voto fue de calidad entonces y de calidad lo será ahora; que los hombres no dejan de ser lo que son por disentir de criterio con otros en ocasiones.

Les invito a que hablen, rogándoles que no tomen la invitación como agravio. Con ello, acaso ganen mucho los intereses del vecindario madrileño.

Conviene decir porque me opuse rotundamente a elevar el precio del gas. Acababa de decretar la devolución de la Fábrica y me parecía el colmo de la inmoralidad decretar a continuación la subida del precio del fluido. Ayudar al Ayuntamiento, habría tenido disculpa, aun administrando mal: pero sanearle un asunto a una Empresa privada a costa del vecindario habría sido inconcebible. Por eso, para defender a Madrid me negué a la elevación que pude autorizar de un plumazo y busqué el medio de que el asunto fuese estudiado con todo detenimiento, nombrando a personas de reconocido prestigio y de notoria respetabilidad, las cuales sabía yo que defenderían los intereses de Madrid con todas sus energías.

Tal ira produjo en la Alcaldía mi decisión de investigar la Fabrica y el no conseguir la elevación a 55 y a 65 céntimos. Según fuese gas para usos domésticos o industriales, que promovieron ruidosos incidentes; pero la Fábrica fue investigada y el acuerdo de la elevación anulado. Yo hubiese deseado que la resistencia hubiese sido mayor, para haber podido demostrar con que facilidad puede un Gobernador que está decidido a cumplir sus deberes hacer uso de las facultades que le conceden las Leyes contra los alcaldes y Ayuntamientos que no las cumplen. Pero no fue necesario. Sabían alcalde y el Ayuntamiento que la opinión pública estaba en contra de ellos, y a mi lado, y no se atrevieron a darme la batalla. En vez de ser ellos, era yo quien la daba. Y la gané.

¡Menudo negocio habría sido para la Fábrica del Gas encontrarse con el precio del fluido a 55 y a 65 céntimos!

Aquella vez, no se pudo decir a la Fábrica: “¡Que sea enhorabuena! La enhorabuena la recibió el vecindario y el gas fue elevado en la justa medida demandada por la realidad, ahorrando al vecindario cerca de seis millones de pesetas al año.

***

El día 6 de abril era dictada una Real Orden dándome la razón en todo cuanto había actuado y se me facultaba para adoptar medidas extremas, aquellas a que alude el Reglamento de 24 de noviembre de 1916. El precio máximo se fijaba en 35 céntimos metro cúbico y el Ayuntamiento acató lo mandado, por saber que, si hubiese tardado sólo veinticuatro horas en acatarlo, habría tomado posesión de la Fábrica con plena responsabilidad el Gobernador de la Provincia.

Por si esa era poco, aun hizo más el Gobierno, pues la Real Orden decía:

“4º Que se haga saber al alcalde de Madrid el desagrado que ha producido la lectura del escrito en que formula su voto particular, en cuanto al párrafo segundo del epígrafe III, por la forma absolutamente desusada e irrespetuosa, de. Su redacción, apercibiéndole de que no será tolerada en lo sucesivo ninguna otra falta análoga de la consideración necesariamente debida al ministro.»

Así defendí los intereses del vecindario madrileño, ayudado por aquella Comisión meritísima, a la cual ni siquiera se le dieron las gracias de Real Orden por el Gobierno que sucedió al dimisionario. Madrid se olvidó también de que aquella Comisión le había economizado seis millones de pesetas anuales y el único estimulo que tuvo fue leer una Nota Oficiosa que decía:

«Calculando un consumo de 50.000 metros cúbicos diarios, representa la diferencia 35 a 65 céntimos ,30 multiplicado por 50.000 o lo que es igual, 15.000 pesetas diarias.

Al año son 15.000 pesetas, multiplicadas por 365 días, o sea un total de 5.475.000 pesetas.

Es decir, que el Ayuntamiento de Madrid intentaba cobrar indebidamente cobrar indebidamente a los consumidores de gas esos millones. La diligencia la y energía con que fue nombrada la Comisión Inspectora, sin atemorizarse por las protestas del alcalde; el celo y civismo con que esta Comisión desempeñó sus funciones; la cooperación gallarda que prestaron al Gobernador el Presidente de la Audiencia y el Delegado de Hacienda, votando con él en la Junta Provincial de Subsistencias y la resolución del Ministerio de Abastecimientos aprobando la propuesta de la Junta, han librado al vecindario de ese nuevo y disfrazado impuesto municipal.

Todos ellos han cumplido con su deber; pero la Comisión Inspectora merece especialmente un caluroso, elogio, y Madrid estero debe tributárselo sin regateos, pues gracia a su luminoso e imparcial trabajo se ha podido llegar a este resultado.

El Sr. alcalde, que calificaba los cálculos del Gobernador Civil de entretenimientos de física recreativa, en su conferencia celebrada en el Teatro Español, se habrá convencido ya sobradamente, de que asuntos tan serios como este del gas no pueden ser tratados ni tan en broma ni con tanta ligereza, aun cuando quien los trate sea un alcalde popular.”

Ahora todo ha cambiado y el gas está ya a 45 céntimos.

¡Que sea enhorabuena!

***

¿Qué va a resultar de todo esto? Pues en pocas palabras lo diré: Que dentro de poco cuando la Fábrica del Gas vaya a poder de quienes la han comprado recientemente, hace unas semanas, se encontrara saneando el negocio, pudiendo vender el gas a 45 céntimos. ¿Esta claro? Al vecindario madrileño... ¡que lo parta un rayo!

Los compradores, los felicísimos compradores, han realizado un negocio loco y deberán gratitud enorme a quienes han sabido elevar el precio del gas en 10 céntimos por metro cúbico. Cuando reciban la noticia quienes vendieron la Fábrica se quedarán atónitos, pues cuando ellos intentaron la subida escucharon un rotundo «imposible». El imposible se convirtió en posible realidad en cuanto la Fábrica ha pasado a otras manos. ¡Que sea enhorabuena!

Calculando en 50.000 metros cúbicos la cantidad de gas vendida cada día, resulta que el aumento de los 10 céntimos representa

Al día... 5.000 pesetas.

Al mes. 150.000 pesetas.

Al año. 1.825.000 pesetas.

Esa cifra de 1.825.000 pesetas representa el 5 por 100 de 36.500.000 pesetas. Es decir, que el regalo que se le ha hecho a la Fábrica del Gas, no al Ayuntamiento, ha sido de 36.500.000 pesetas, ya que unos ingresos de 1.825.000 pesetas son la renta al 5 por 100 de ese capital.

Las gentes, poco aficionadas a hacer cuentas, no reparan en la importancia de muchos pocos. Oyen hablar de 10 céntimos y creen a veces que esos 10 céntimos son unos miles de pesetas.

Subir el precio del gas ha sido cosa fácil en cuanto no ha habido autoridades que estudian los asuntos con detenimiento; pero bajarlo será más difícil, pues en España todo lo transitorio se convierte en definitivo si es perjudicial.

Ya lo saben los lectores. El regalo hecho a la Fábrica del Gas representa el interés al 5 por 100, de 36.500.000 pesetas.

 Ii Que sea enhorabuena!!

***

Si el Ayuntamiento hubiese de continuar explotando la Fábrica acaso habría callado, pues al fin y al cabo iba el dinero al Municipio: pero como la Fábrica va a ser explotada por una Empresa particular, a la cual se ha hecho ese regalo, sería punible el silencio.

Y nada más, como no sea volver a felicitar a los afortunados protectores edilicios y gubernamentales de la nueva Empresa y a ésta.

¡Que sea enhorabuena! 

LEOPOLDO ROMEO

(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMPROMETER LA PAZ DEL ESTADO POR GIBRALTAR

  Una instrucción   por el Juzgado de Instrucción del Distrito de Palacio de Madrid contra Leopoldo Romeo Sanz, natural de Zaragoza, direct...