Antes de leer este articulo merece la pena saber o recordar que el capitan de navio Cesareo Fernandez Duro era el suegro de Leopoldo Romeo
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El Progreso, 4 de mayo de 1911 (1)
Un viaje de exploración
Santa Cruz de Mar Pequeña
Leopoldo Romeo telefonea a la Correspondencia de
España los siguientes detalles de la expedición efectuada hace pocos días a
Ifni.
Se llevó con tanta reserva la
expedición,
que nadie supo en Cádiz que el crucero “Infanta Isabel” iba a Santa Cruz de Mar
Pequeña.
Para despistar, sin duda, se dijo
que marchaba a Canarias.
El crucero referido, mandado por
el capitán de fragata Sr. Floret, llegó a su destino a mediados del mes de
Marzo.
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Cesareo Fernandez |
Como las cartas españolas e inglesas son muy deficientes, el crucero «Infanta Isabel» fondeó a tres millas de tierra, frente de Ifini territorio que, según la comisión que fue allí el año 1898, presidida por el capitán de navío D. Cesáreo Fernández Duro, es la antigua Santa Cruz de Mar Pequeña.
Conviene hacer constar que todavía
no se sabe a punto fijo cuáles son los terrenos y las obras que la delimitan.
Los expedicionarios del “Infanta
Isabel” enviaron botes para reconocer el mar en toda aquella parte y
encontraron un placer de fondo de cascajo a una milla tierra y allí fondearon
después.
Pero la permanencia en aquel punto
resultaba molestísima.
Terribles golpes de mar rompían
sobre el crucero, embarcando a veces hasta quince y veinte toneladas de agua.
En varios días no pudieron.
barquear, quedando incomunicados con tierra, donde se encontraban, en una
hacienda, el cónsul señor Sostoa y el capitán de Estado Mayor.
Durante su permanencia allí, los
comisionados españoles practicaron una política de atracción, menudeando las
dávidas en dinero, géneros y objetos de índole diversa.
Es país es miserable. Los moros
que lo pueblan son andrajosos. Un saco constituye su vestido. No gastan
turbantes. Todos son pobres hambrientos.
Tales circunstancias demuestran que
no hay en el país recursos.
Como la misión de los comisionados
no consistía en tomar posiciones, sino pura y simplemente en realizar un
estudio, no desembarcó ningún soldado, para evitar, con esta medida de
prudencia, un posible ataque.
Dijeron los naturales a los
comisionados que abundaban en el país las perdices.
Unos oficiales bajaron un día a
tierra. Creyeron los moros que eran soldados que perseguían algún mal fin y
acudieron a la playa en número de unos dos mil.
Los oficiales regresaron a bordo
en seguida para evitar un disgusto.
Durante el tiempo que la Misión
estuvo en el lugar de referencia, pudo adquirirse el convencimiento de que es
casi imposible desembarcar allí, por tener sólo una pequeña ensenada, donde recala
el mar con violencia enorme.
El punto de aprovisionamiento más
próximo es Arrecife de Lanzarote, a cien millas; pero como allí no hay agua ni
carbón ni víveres para eso, tendría que ser Las Palmas.
Resumen: que aquello no vale nada
y que será deplorable que lo ocupemos.
(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do
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