La Correspondencia de España, 13
de abril de 1921 (1)
El aceite de Aragón
Así como Jerez produce vinos especiales,
de lujo, Aragón produce aceites especiales. Y así como el vino de Jerez cuesta
más que el vino tinto o blanco ordinario, así también el aceite aragonés cuesta
más que el aceite corriente. Es debida esa diferencia a condiciones de suelo y
de clima, tan especiales, que hasta los italianos reconocen ser mejores los
aceites aragoneses que los superiores de Bari, región adriática productora de
los más excelentes aceites italianos. Como no me gusta hacer afirmaciones
inexactas, debo decir que no todo Aragón tiene aceite igual, pues ese
privilegio dado por el clima y por el suelo se extiende solamente a la zona
llamada Bajo Aragón, productora por excelencia de aceites finos.
Al amparo de ese privilegio de la
Naturaleza ha creado el Bajo Aragón la mejor industria extractora de Europa, y
hoy se produce industrialmente el aceite con más perfección que en Italia, cuna
de la industria aceitera.
El aceite del Bajo Aragón ha sido siempre de poco consumo en España, y casi todo fue exportado desde tiempos inmemorial. Así como el Jerez es un vino de lujo y de exportación, y las primicias hortícolas murcianas son vendidas al Extranjero, es enviado el aceite aragonés a mercados lejanos. Tan cierto es esto, que, estando llenos los trujales con las cosechas de dos años, casi no se vende hoy para España más que algún vagón suelto, para ensaladas y guisos especiales por no haber compradores nacionales.
No hay en Aragón grandes
propietarios. A excepción de media docena que cosecharan de tres a cuatro mil
cantaros- el cántaro tiene 15 kilos- es lo corriente que cosechen de cien a
doscientos. La propiedad está muy repartida, y así como en el resto de Aragón
es raro quien no tiene “su corrico de tierra”, es raro en la Tierra Baja quien
no posee unos centenares de olivos. La riqueza única de grandes y chicos radica
en los olivos, y si el propietario vive con la venta del aceite, los pobres
viven del cultivo de los olivares, de la recolección de las olivas, de la
fabricación del aceite y de su acarreo a Tortosa, ciudad donde es en gran
cantidad almacenado, para allí ser vendido.
¿Cómo funciona esa industria? El
señor Cierva se data exacta cuenta cuando sepa que el aceite se guarda en
grandes trujales de 1.000 cantaros de cabida, construidos con cemento revestido
de baldosines esmaltados. Esos trujales son casi siempre alquilados a razón de
40-50 pesetas al mes. El Banco de Aragón tiene unos 200 y otras entidades hasta
unos dos mil. Cuando el aceite está en el trujal, lo pignoran sus dueños,
pagando entre intereses, corretaje, pólizas, seguro y demás gastos, cerca del 9
por 100. Se calcula que el alquiler mensual de trujales asciende a 50.000
pesetas y a 12.000.000 de pesetas el importe de las pignoraciones. Por lo
tanto, paga al año el Bajo Aragón 600.000 pesetas de alquiler de trujales y
1.000.000 de pesetas por intereses. En total, 1.600.000 pesetas. Es decir que
el no haber podido exportar, ha costado en los dos años, además de la perdida
natural por no vender, 3.200.000 pesetas por alquileres de trujales e intereses
de pignoraciones.
¿Qué dirían los mineros de
Cartagena, por ejemplo, si en dos años no se les hiciese permitido exportar su
plomo a pretexto de abaratarlo en España, y durante esos dos años hubiesen
tenido que trabajar las minas y almacenar el plomo pignorándolo? El olivarero
no tiene más remedio que cultivar, venda o no, pues los olivares se perderían
si fuesen abandonados. ¿Ve el Sr. Cierva lo absurdo de la prohibición? ¡Dos
años sin vender el producto y teniendo que producirlo forzosamente!
Seria insensato olvidar esta
realidad, y yo confío que el Sr. Cierva la tendrá en cuenta. El Bajo Aragón
produce aceite de exportación que no puede vender en España, como Levante
produce frutos de exportación, también imposibles de vender en territorio nacional.
La uva de Almería, la cebolla y el tomate de Valencia, las primicias y el
pimentón de Murcia, es claro que irían mas baratos si se prohibiese
exportarlos; pero ¿se le ocurrió a nadie pedir tal absurdo? Pues lo mismo debe
suceder con los aceites del Bajo Aragón.
Todo el sobrante de aceite de toda
la Península debe ser exportado sin trabas de ninguna clase, lo mismo el
andaluz que el aragonés; pero si se pusiese alguna traba, no debe ser olvidada
la especialísima condición de la comarca aragonesa llamada “Tierra Baja”, pues
podría darse el caso de decretar su ruina total si no era tenida en cuenta y se
la media con el mismo rasero.
LEOPOLDO ROMEO
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