La Correspondencia de España, 13 de octubre de 1920 (1)
CARTA ABIERTA PARA EL CONDE DE
BUGALLAL
Mi querido amigo: Perdóneme usted
que recurra a este procedimiento; pero he agotado ya los demás y quiero ver si
con éste se pone remedio a un estado de cosas que ha llegado a ser bochornoso.
He escrito muchos artículos
excitando el celo del señor Director General Seguridad, del Gobernador Civil y
del Alcalde de Madrid para que impidan el inhumano espectáculo de ver durmiendo
en las calles de Madrid a niños de corta edad. Todo ha sido inútil, y en estas
crudas noches se pueden ver a docenas, en calles tan céntricas como las de
Alcalá, Carrera de San Jerónimo, Arenal, Mayor y adyacentes. De cuando en
cuando se ve un grupo compuesto por una mujer y cuatro o cinco criaturas
durmiendo en la acera. Los pequeños se cobijan bajo los harapos de la mujer
como los polluelos bajo las alas de las gallinas. El espectáculo es tan salvaje
y anticristiano que se sienten ganas de hacer una barbaridad. Yo al menos, me
siento cuando tal veo más anarquista que todos los anarquistas y sinceraría las
mayores violencias contra las autoridades que consienten tal infamia.
Hay una ley, la de Protección a la Infancia, que obliga a esas autoridades, y a todas, a recoger a los niños desvalidos y abandonados. Para atender a su sostenimiento hay un impuesto, que todos pagamos, sobre los espectáculos, y además la Asociación Matritense de Caridad recauda cada mes muy cerca de 40.000 duros.
Acudo públicamente a usted, mi
querido amigo, para ver si así, logro que desaparezca esa vergüenza, y espero
confiado que como superior jerárquico de todas esas, autoridades, les dará
órdenes terminantes para que no vuelva a repetirse, pues es una afrenta y un
escarnio para Madrid el presenciar espectáculo tan africano. Cuando no había
dinero para remediarlo, pudo ser disculpada la indolencia de las autoridades;
pero ahora que sobra no. No se pueden publicar noticias diciendo que se tienen
fondos que producen renta a la misma hora en que mueren de hambre y de frío los
niños desvalidos. Pues la Asociación: Matritense de Caridad no es una Caja de
Ahorros, sino una institución benéfica encargada de que no haya pobres por las
calles y mucho menos niños durmiendo a la intemperie.
Repito que confío en usted, por
saber que es bueno y es caritativo, además de ser enérgico. Con esa confianza
le da las gracias su buen amigo
LEOPOLDO ROMEO
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