CUANDO SE ANUNCIA UN NUEVO
CONCURSO PARA COMPRAR TRIGO SE ESTAN PUDRIENDO EN LA ARGENTINA MILLARES DE
TONELADAS.
La Correspondencia de España, 6 de febrero de 1920 (1)
EL TRIGO ARGENTINO
El correo de ayer me trajo una
carta de Buenos Aires firmada por uno de los españoles más prestigiosos de la
Argentina. Se trata del Sr. Gomara director de El Diario Español. En esa carta
se dice entre otras cosas lo siguiente:
«Aplaudo sin reservas su severa
amonestación al Gobierno, en la Prensa y en Congreso, por abandono de lo más
urgente intereses como las subsistencias del pueblo. Para reforzar acción le
adjunto lo que escribí hace un año cuando creímos se enviarían buques; pero
poco fue lo remediado.»
Recordarán los lectores que en
repetidas ocasiones me he ocupado de este desdichado asunto, en estas columnas
y en el Congreso. Todo ha sido inútil y a la hora presente ha sido imposible
saber ni una sola palabra acerca de las compras de trigo. Seguimos ignorando
cuánto trigo se compró, cuánto costó, cuánto ha sido traído a España, cuánto se
ha perdido, cuánto han costado los almacenajes y cuánto queda en la Argentina.
Mis acusaciones concretas, claras, han quedado en pie, y ésta es la bendita
hora en que a nadie le ha sido exigida responsabilidad.
Lo único que he logrado ha sido
leer y escuchar que no sabía lo que me decía.
El Sr. Gomara confirma en su carta
cuanto he afirmado, y como no me gusta escribir nada que no sea exacto, voy a
copiar lo que decía ese señor acerca del asunto:
«El Gobierno español tiene en
diferentes depósitos 400.000 toneladas de trigo, adquirido en esta plaza, que
le cuestan 56.00 000 (cincuenta y seis millones) de pesos, moneda nacional
argentina.
La adquisición de ese cereal ha
respondido, indudablemente, a urgentes e imperiosas necesidades del pueblo
español, y, sin embargo, demostrando «una contradicción flagrante y un abandono
culpable», que sólo puede explicarse por la constante interrupción administrativa
que supone el cambio de Gobiernos y funcionarios, «ese trigo y el enorme
capital que supone, y, sobre todo, las apremiantes necesidades del pueblo
español, que debían salvar», están abandonados desde el mes de Julio,
«recargándose el valor del trigo en tres millones por el pago de almacenaje».
Hace una extensa serie de
consideraciones acerca de la política seguida por los Gobiernos españoles, y
dice a continuación:
«Los hechos que comentamos le
deben probar que no hablábamos por pasión ni nos quejábamos de vicio, pues «del
mismo modo que, mientras el pueblo de la Península pasaba necesidades, se tenía
por aquí abandonadas 400.000 toneladas de trigo y perdiéndose 56.000.00 de
pesos, se descuida el aún mayor capital moral y material que representa la
vinculación viva de España con América por medio de sus hijos aquí radicados,
no habiendo conseguido tan sólo que se haga o adquiera aquí la necesaria Casa
de España».
Sin embargo, no es por pobreza ni
falta de medios, sino de atención y voluntad puesto que “solo en recargos y
almacenajes, el Estado español acaba de tirar a la calle 12.000.000 de pesetas,
en este negocio del trigo».
¡Qué magníficos palacios podía
tener España aquí, Uruguay, Chile, etc., con la mitad de ese dinero!
Desde que eso imágenes escrito,
¿cuántas toneladas más han sido compradas? ¿Cuántas han sido traídas? ¿Cuántas
quedan?
¡No lo sé! ¡Nadie lo dice! Solo sé
que allí queda-¡¡¡ o debe quedar!!!- mucho trigo, si no se ha podrido ya del
todo, y que se continúa pagando almacenaje. Tampoco se a cuantos millones se
elevan los nuevos derechos de almacenaje o depósito. ¡Nadie lo sabe tampoco! Y
por no saber... ¡no se sabe ni si existe el trigo!
Lo único que se sabe es que el
Tesoro lo pagó.
¿Qué dicen ahora quienes me
acusaron violentamente asegurando que cuanto decía era inexacto? ¿Duraran aun?
Ahora, como siempre, no has cosa
que cumplir con mi deber de periodista y de diputado. Suyo son quienes callaron como muertos en los
periódicos y de diputado. Quienes no cumplen con el suyo son quienes callaron
como muertos en los periódicos y en el Congreso.
Y ahora dos preguntas: ¿Va a
continuar en Buenos Aires el embajador de España? ¿Se va a atrever nadie a
comprar más trigo en el extranjero hasta que no sea traído a España el ya
comprado?
Sería injusticia imperdonable
ocultar que ha habido en España un gobernante que se preocupó seriamente de
este asunto, concediéndole toda la importancia que realidad tiene. Ese
gobernante, que es S.M. el Rey, quiso informarse de la verdad y se informó. Y
en cuanto se informó por testigos de vista, a quienes encargo de esa misión, ha
puesto de su parte cuanto le ha sido posible para remediar en parte el año y
para impedir que pueda volver a reproducirse.
Cuanto se ha realizado para
defender los intereses de España ha sido debido a la iniciativa de S. M. el
Rey, contra la opinión y criterio de varios políticos, y justo es consignarlo
para que el país lo sepa. Una vez más se ha demostrado que Don Alfonso es mucho
más independiente que los profesionales de la política, y que cuando se trata
de defender los intereses de España sólo escucha una voz: la del deber.
¿Por qué no harán eso los
políticos?
LEOPOLDO ROMEO
NOTA. –Aun estando enfermo fui
ayer al Congreso para tratar de este asunto; pero fue imposible. A esa casa no
se puede ir a tratar de nada que afecte hondamente a los intereses nacionales.
Sirvan estas líneas de contestación a quienes puedan decir: ¿Y eso porque no lo
trata usted en el Congreso? Tan e onto como el señor presidente me conceda el
uso de la palabra, lo haré.
***
La Correspondencia de España, 7 de
febrero de 1920 (1)
LO DEL TRIGO ARGENTINO
El señor Terán merece un aplauso
muy sincero por la nueva orientación dada a las compras de trigo
La Real Orden aclaratoria del Real
Decreto abriendo un concurso para adquirir 330.000 toneladas de trigo
extranjero merece un caluroso aplauso. El Sr. Terán se ha dado pronto cuenta de
la realidad, y ha variado radicalmente el sistema de compras, disponiendo que
los concursos sean en Madrid, a la luz del día, en honesta concurrencia, en vez
de hacerse a cencerros tapados, en la Argentina, sin saber siquiera cuando, ni
como, ni a quien, ni a cuanto era adquirido el trigo. Es el señor Terán persona
de historia muy brillante en su larga carrera, y con sólo esa Real Orden ya
habría bastante para perdonarle que haya tardado tantos días en abordar el
tema. Justicia obliga, y se la hago.
Por lo mismo que el Sr. Terán está
libre de toda culpa y de toda responsabilidad, está obligado a llevar al
Parlamento todos los antecedentes relacionados con el trigo argentino, para que
España sepa de una vez y para siempre qué ha sucedido en ese asunto. He dicho
en todos los tonos que la responsabilidad no existe en España, como no sea por
no haber tenido energía para aclarar el misterio. El Sr. Ventosa se limitó a
ordenar las compras e hizo bien, pues escaseaba el trigo. Sus sucesores tienen
sólo culpa por no haberse sabido imponer para que el trigo viniese. Por eso
precisamente es preciso aclarar cuales han sido las causas que han impedido
traer ese trigo. Y al mismo tiempo, es de todo punto necesario averiguar qué
razones obligaban a los barcos a no poder cargar en cuanto llegaban, y, en
ocasiones, a salir de la Argentina sin el completo de la carga. Así, por
ejemplo, se han dado casos de venir un barco con sólo una parte de trigo, y el
resto con carga de maíz para particulares.
El caso a dilucidar es bien claro.
Saber cuánto trigo ha venido, cuánto hay aún en la Argentina y a qué imágenes
debido el pagar 12.000.000 de pesetas por almacenaje -eso hasta 1919 -, según
repetidas veces ha escrito «El Diario Español», de Buenos Aires, órgano
prestigiosísimo de la colonia española. Yo no quiero hacer caso de las cien mil
versiones que circulan. Son asuntos muy delicados, se puede incurrir, sin
quererlo, en peligrosas difamaciones, y me limito a decir que es preciso
aclarar cuanto antes dónde están las toneladas que faltan, y las causas de
haber pagado tantos millones por almacenajes. Todo lo demás es accesorio, y no
importa, para el fondo del asunto, saber si es cierto o no que ya hace mucho
tiempo que no ignoraban los Gobiernos la existencia de esas informalidades
administrativas, sin atreverse a descorrer el velo por temor al escándalo.
Tampoco importa conocer si es exacta o no la versión que atribuye cuanto sucede
a protecciones de que disfruta el supuesto responsable del desdichado almacenaje.
Todo eso es episódico, y la esencia está en conocer el número de millones que
España ha perdido y los nombres de los responsables. Según son echadas las
cuentas, se llega a un número o a otro de millones; pero todas arrojan un
número tan crecido, que ya debería bastar para que los señores diputados
concediesen al asunto la importancia que en realidad tiene.
Aprovechando un momento hábil,
minutos antes de ser levantada la sesión de ayer, inicié el asunto en el
Congreso para darle estado parlamentario. El Sr. Argente pidió la palabra, y es
seguro que ilustren a la Cámara también los demás ministros y acaso también el
Sr. Rodríguez Viguri, que tiene datos muy elocuentes acerca del asunto. Tal
como está planteado el debate, no tiene más remedio el Gobierno que llevar al
Congreso los datos pedidos, y es seguro que el país llegara a saber que ha
sucedido en el asunto.
Por mi parte, creo haber cumplido con mi
deber. Desde que inicié este asunto no he cesado de estudiarlo hasta poder
desentrañarlo a conciencia, y hoy puedo decir que estamos llegando ya al final
de la jornada, pues la hora de administrar justicia se aproxima.
Y nada más, como no sea repetir
una vez más que a algunas cotorras políticas y a algunos diarios que se titulan
defensores del pueblo les importa por lo visto muy poco que alguien se trague
los millones del Tesoro, mientras el muere de hambre. ¡Dios mediante, de todo
se hablará!.
LEOPOLDO ROMEO
***
La Correspondencia de España, 7 de febrero de 1920 (1)
VIDA PARLAMENTARIA
En el Congreso (final de la
sección de ayer)
Lo del trigo argentino. El Sr.
ROMEO pregunta al Gobierno si es cierto que ha sido relevado el embajador de
España en la Argentina, y si la compra y transporte de trigo argentino ha sido
la causa de ese relevo.
Añade que se han comprado en la
Argentina 400.000 toneladas de trigo, que han costado 56 millones de pesos.
¿Cuántas se han traído a España,
cuántas quedan, cuántas se han podrido?
No lo sé: pero sí sé que el año
pasado se habían pagado 12 millones de pesetas por derechos de almacenaje.
Y mientras esto ocurre, en varias
provincias españolas falta el trigo.
Hay que saber si existe o no ese
trigo argentino, y, en el primer caso, por qué no se ha traído ya.
También desea saber por qué imágenes
interrumpida la política de transportes iniciada por el conde de Romanones, que
ordenó que el trigo fuese traído a España.
El Sr. ALLENDESALAZAR: No es
cierto que el embajador nuestro en la Argentina haya sido relevado, y, por lo
tanto, la segunda parte de la pregunta queda también contestada.
En los demás puntos señalados por
su señoría, como atañen a varios Gobiernos, no los puedo responder en este
momento.
El Sr. ROMEO rectifica y dice que
no es su ánimo dirigir cargos a este Gobierno; pero se dirige a él porque es el
que puede darle las respuestas pedidas, ya qué en algún ministerio obrarán los
antecedentes.
Se acuerda que se cubran las
vacantes que existen en las Comisiones permanentes y que el Congreso se reúna
en Secciones el martes próximo.
(1) https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do
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