Mundo
Grafico, 19 de septiembre de 1923
DEL
AMBIENTE Y DE LA VIDA
Por
primera vez en España han sido espléndidamente pagados unos versos. La Academia
Española ha concedido un premio de veinticinco mil pesetas a un vate americano.
Entiendo que esto, que es considerado por nuestros ricos improvisados como un
acto de prodigalidad, ha de servir para la rehabilitación de nuestra patria
harto más que muchas verdaderas dilapidaciones cuyo pretexto es el
engrandecimiento de nuestro poder autoritario.
Leopoldo
Romeo, a quien tanto debe nuestra cultura, ha sido el único director de diarios
que ha recompensado de un modo decoroso los trabajos rimados. Trescientas pesetas
me entregó por la publicación en La Correspondencia de España de mi Poema del mármol y otras trescientas por la de Legitimas nupcias. Nunca soñé con llegar a
tanto. Si otros empresarios, editores y directores de periódicos imitaran el
noble proceder del ilustro escritor y periodista, muy otra sería la suerte de
los verdaderos poetas y algo más refinado el gusto de los lectores, habituados
a menospreciar lo que de antemano saben que no ha merecido la menor recompensa.
Puesto
a sacar a luz inmodestamente los beneficios propios debidos a la suerte y a la ajena
magnanimidad, he de declarar que mía fue la iniciativa en la Comisión de Fiesta
de la Raza para que las Academias de España premiaran anualmente trabajos de autores
americanos. El resultado del primer certamen bien puedo enorgullecernos, porque
el habrá de estrechar los vínculos entre los pueblos que hablan nuestro idioma y
la forra generatriz. Es absolutamente preciso que se sepa que España se interesa
por cuanto se piensa y se escribe en América, y que recompense a sus hombres de
ciencia a sus pensadores y a sus literatos con mayor esplendidez que a sus propios
hijos. ¡Lástima que los ministros de Hacienda y los de Estado hayan venido
anulando todo intento de fraternidad entre España y América con unos aranceles
de Aduanas absurdos y una resistencia a concertar tratados comerciales impropia
de verdaderos hombres de gobierno!
Ahora
lo que hace falta es que la Academia Español se fije algo menos en el españolismo
de los poetas americanos y algo mas en la rima, la escansión y, sobro todo, la inspiración
de los poetas. Obligar a los vates americanos a que nos adulen para ser premiados,
puede ser imponerles la insinceridad, y parece contrario al verdadero fin de
estos certámenes. Todavía entiendo que, en los sucesivos, debiera ser condición
que la poesía premiada no hablara de España, para que se supiera muy bien que
no queremos comprar cariños, sino recompensar méritos. ¡Dios me perdone si, a veces,
creo que ha llegado la hora de desmontar a Doña Isabel la Católica y de dejar
de recordar a nuestros conquistadores del siglo XVI!
¡Feliz
la nación que acierte la primera a enriquecer a los poetas, nazcan o no en su
territorio, y a empobrecer y obligar a trabajar a sus corruptores!. Si hoy, según
la expresión becqueriana, nada vale una rima si no es escrita en el reverso de
un billete de Banco, suspiremos por el día feliz en que nada valga un cheque
sino para aquellos seres dichosos que sean capaces de coronar las sienes de los
que los enseñan a “coger las rosas sin tocar las fresa”
Imagen todocoleccion.net
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